lunes, 31 de agosto de 2015

Para recordar o antojarse: Mientres duerme el tiburón

Hoy vengo a dejarles algunos fragmentos de un libro quizás no tan conocido, pero que realmente recomiendo porque logra narrar a través de la simpleza la vida misma y la cotidianidad de una familia que bien podría ser la suya o la mía o la de alguien más. 

Aquí los dejo entonces con algunos fragmentos de "Mientras duerme el tiburón" de la autora Milena Agus. 

-Lo nuestro será una relación animal y no vegetal.
- Una relación animal
- Dos perros que agitan la cola cuando se ven y se huelen el culo.

"La tía cuenta que los novios con ella hacen el amor, se ríen, discuten sobre cuestiones importantes, pero luego se van. Y yo me pregunto qué cosa le falta al amor si hay sexo, se ríe y se habla".

"Me extiendo en la bañera y, con los ojos cerrados y las manos entrelazadas, como una muerta en la tierra, dejo que la lluvia me bañe toda, como en otoño. Y seré sin duda irreconocible en la primavera, una semillita como yo, con todas aquellas hojas y flores".

"Sé que se fue sin desesperación ni rabia. Sé que, en la última época, había parecido fuerte porque sabía que todo terminaría pronto. Simplemente entendió que ella era una de las que no lo habrían logrado, y se escapó de la vida como escapaba del cine cuando las escenas eran demasiado fuertes para ella".

"Cada vez que hablas conmigo de tu vida, me parece vivir tu misma vida. Cada vez que bailas conmigo, luego me parece tener tu piel y no más la mía. Añoro que el amor no sea solo una cuestión de feromonas, porque así podría simplemente tomar una ducha y te irías. En cambio, permaneces".

"Y estoy aquí y, antes que cogerme a cualquiera o masturbarme mirando una foto de Playboy, lo hago pensando en cómo sería si lograra  tenerte desnuda y suave en mi cama, por lo menos una vez. Y hasta qué punto cogerte me bastaría o me parecería un delito. Querría hacerte viajar, escalar las montañas y hacerte sumergir, y todo entre mis sábanas". 

"Y luego el juez le había dicho "Te amo" y nadie, nunca, en años y años que mi tía cogía, nunca había pronunciado una palabra de ese tipo. Potente. Terrible. Maravillosa. "Ámame, quiero hacer el amor con cada parte pequeña de tu cuerpo. Quiero coger con tu cerebro. Quiero coger con tu corazón"".